Esta es una de las GRANDES decisiones que tomarás a lo largo de tu vida. Más adelante vendrán otros: compartir la vida en pareja, formalizar o no la relación, adquirir una propiedad o vivir de alquiler, tener descendencia…
Ahora, sin embargo, es el momento de enfocar (casi definitivamente) tu formación.
Todos conocemos a personas que han elegido un camino que han descubierto por “tradición familiar”. Médicos hijos de médicos, abogadas hijas de abogadas, panaderos hijos de panaderos, comadronas hijas de comadronas… El orgullo familiar se reafirma, es lógico. Y es hermoso.
También conocemos a personas cuya “objetivo” es estudiar en la Universidad. Pero…, exactamente, no tienen demasiado claro cuál es el atajo que deben seguir. Estas personas esperan que el futuro (como azaroso) les haga descubrir, en el mejor de los casos, su vocación.
Llegado este punto, el momento invita a reflexionar. Con vosotros mismos, quiero decir. Solo, sin prisa, con conciencia y sobre todo con honestidad. Haceros alguna pregunta. Pocas, muy pocas pero incisivas. Aquí os las dejo. Son sólo dos: ¿Qué es lo que más me gustará estudiar? ¿Y qué o quién me va a impedir hacerlo?
Como veis, estas preguntas básicas (entendidas no como simples, sino como pilares fundamentales que os ayudarán a tomar la decisión) os interpelan directamente a vosotros. Os sitúan frente al espejo. Es aquí cuando os digo que debe aflorar la honestidad. El “espejo” os devolverá la verdad. Como las preguntas os las haréis de manera sincera, las respuestas que obtendréis también serán sinceras.
La pregunta ¿QUÉ ME GUSTA? Obtendrá respuesta. La que sea. La vuestra. La pregunta ¿QUÉ o QUIEN ME IMPEDIRÁ HACERLO?También obtendrá respuesta: NADA ni NADIE.
A partir de llavors, quan tinguis les dues respostes, la tria serà més senzilla. Será muy difícil equivocarte. Casi imposible. ¿Por qué? Porque habrás llegado a fundamentar tu decisión escuchando tu deseo. Este es el punto de partida ideal (a mi juicio).
Tened en cuenta que (en condiciones normales), debemos trabajar buena parte de nuestra vida. ¡Qué mejor que hacer que esta edad laboral se sustente en nuestra VOCACIÓN! Este es el ÉXITO!!!
Ahora ya no debe preocuparnos demasiado las salidas profesionales de nuestra elección porque como estudiaremos lo que nos gusta, lo haremos a gusto y lo haremos muy bien. En consecuencia, las ventanas del mercado laboral estarán siempre abiertas para una persona que se haya formado con plena conciencia de su elección académica.
Vive esta elección con mucha ILUSIÓN y conviértela en un OBJETIVO.
Acertarás.